29 de julio de 2013

La vida es una guerra

La guerra permite todo. 

Las personas no son personas, sino objetos que están ahí para atacar otros objetos. No hay sentimientos de nada entre desconocidos; y si los hay significan un gran riesgo para la propia integridad. Los únicos sentimientos existentes son los que hay entre amigos, sentimientos que ni la guerra puede romper. 


La vida misma es una guerra.

Sentimientos

A medida que uno va dando su idea el tiempo indiscutiblemente pasa arañando lo dicho; y al final (o simplemente más adelante), al mirar atrás, se ve una escultura que quién sabe a que museo va a ir a parar. Uno siempre tuvo la intención de que esa escultura quedara en una de las más recordadas vitrinas del único turista que está interesado en la obra, pero es difícil hacerle saber que eso está de cierta manera, ni tan exagerada ni tan reducida. La mira y teme; o la mira y la adora; o la mira y la mira, respira, la sigue mirando y ve como cierran el museo sin llegar a una conclusión. 
No hay apuro, pero tampoco es necesario razonar tanto como yo ahora lo hago. Se convierte en una tormenta el mundo al razonar demasiado. Mientras más pensamos, más cosas agregamos, más posibilidades de choque, más posibles ideas de posibles catástrofes hay, y así la tormenta aumenta. Pero como queremos salir a toda costa vivos de ahí, estúpidamente recurrimos al pensamiento ¿Más? ¿Para qué? No hay necesidad de razonar tanto, cuando de sentimientos se refiere. ¿Cómo detener una tormenta que ya comenzó y ya creció? No es llegar creyéndose Poseidón diciendo basta. Somos simples humanos con ideas complejas de lo simple. Creo que para detener una tormenta basta contemplar nuestra monstruosa creación, reírnos de la exageración que le dimos, de cómo creamos algo tan negativo tan fácilmente y entender que la realidad misma es una persona que nos habla. ¿Alguien se detiene a escuchar a la realidad? Casi nadie. Muchos dicen escucharla, pero en realidad están escuchándose a si mismo impulsados por las palabras de aquella dama, interpretando todo su discurso a su antojo. Por lo menos que fuera positivo siempre, pero varías veces se hace de manera negativa.

Muchos están siempre queriendo entender los porqué y terminan con ellos incrustados en el cuerpo. Como leí por ahí: “No preguntes cómo se consigue la mantequilla para tu pan; se te revolverá el estómago al enterarte, y cosas parecidas”. Es suficiente. No hay que perder la inocencia en los sentimientos. No hay que ensuciarlos con miedos ni con idealizaciones. No razonar, sólo sentir. Ser libre. Como si de una lienzo en blanco se tratara. Sólo pinten, y en caso de que no les guste lo que vean, cambien el lienzo, esperen un momento, distraiganse con otra cosa para no ser influenciados por la idea pasada y comiencen otra vez. Es cosa de sentir el nuevo comienzo, la nueva oportunidad y sacarle el máximo. Es arte, no ciencia.


No soy nadie para decir estas cosas y mis palabras no tienen una consistencia pura y real, pero pensando en todo lo que escribí, por última vez, e ideando positivamente, interpretenlas a su propio antojo; mas a mí no, por favor.

Mirando recuerdos

Cosas que pasan, cosas que se sienten, cosas que se viven. Ahora sólo pienso en el simple momento del sol, en como todo lo que pasa en esta vida puede ser tan inesperado dentro de lo esperado, como la espontaneidad está oculta dentro de los planes y como nosotros no la notamos. 

El tiempo en la mente vuela cuando se piensa, y la realidad queda coja cuando se vive. La mente se desespera y la realidad se burla. La mente mata, la realidad termina convirtiéndose en asesina.

Sólo basta mirar lo que tenemos y no pensar más allá. Que la espontaneidad predomine sobre los planes mentales que desesperan e impacientan. Que los momentos se aprovechen y eviten ser futuros recuerdos soslayados. Que todo sea armonía dentro del presente que será lo que siempre tendremos. No hay nada más que eso.

Por supuesto, la vida es un viaje

Los días son viajes, cada día es un lugar distinto y normalmente los pasamos sin tomar ningún recuerdo. Luego nos lamentamos por no haber recorrido de una linda manera todo el lugar y así es como también se nos va el lugar en el que actualmente estamos. Sorpresas en cada estación, 24 horas en cada una, y un mundo entero por conocer a lo largo de la línea.

La burbuja

Es increíble la suciedad que los pensamientos le dan a nuestra burbuja, pues creo que todos estamos en una burbuja. Nadie está tan consciente de todo como para no estarlo. La diferencia de quién esta en ventaja para enfrentar las cosas radica en qué tan clara es la visibilidad a través de esta, o que tanto la ensucian los propios pensamientos.

Historia I

Miro sus caras que pasan como si fueran postes a los lados de una carretera. Camino sin sentir que yo muevo mis piernas. Inercia del cuerpo después de la orden de caminar, siendo llevado por un vehículo de carne y hueso. Sólo escucho, miro y siento: Miro sus caras que se hacen más borrosas, miro al suelo y veo como pateo el aire alternando las piernas. Conexiones fugaces de miradas superficiales. No se detienen, y no me detengo. Escucho distintos sonidos que unidos producen armonía y me separan de los sonidos de la realidad espontánea. Sigo caminando. Siento como el tiempo no existe, como la noción del tic-tac no está presente. No hay recuerdos, no hay planes; no busco nada, no espero nada; no deseo nada y no extraño nada. Todo se reduce a un simple momento del que no se tiene noción. Repentinamente mis piernas desaparecen, la música se detiene, y las miradas ya no están. Ahora sólo veo el cielo que se mezcla con el cemento y luego de nuevo el cielo. Siento mi cuerpo y siento dolor. Mi realidad ahora es negra. No veo nada, no escucho nada, no siento nada.

Abro los ojos y veo blanco. Escucho voces que no conozco. No son parte de lo que venía escuchando. No son melodías que yo conozca. No son melodías. Pestañeo y aparecen ojos que me miran. Conexiones superficiales de miradas fugaces. No se detienen y quiero que se detengan. Escucho distintos sonidos que unidos producen confusión e intentan alejarme de mi realidad preparada. Sigo mirando. El tiempo ahora existe y junto con él aparecen las preguntas. ¿Dónde estoy?. Ahora conozco lo que significa recordar, pero no recuerdo cómo llegué a este lugar. Busco respuestas y espero escucharlas; deseo que la confusión se vaya y extraño la armonía. Todo se reduce a las miradas acosadoras que me atacan. Mis piernas están, y las puedo sentir bajo esa sábana blanca. Mi cuerpo está conectado a cosas que no recuerdo haber tenido. No siento dolor, pero sí confusión. Mi realidad es una sala con tanques de oxigeno, y cuatro personas a mi alrededor. Veo todo, escucho todo, siento todo.

—¿Dónde estoy?—me escucho preguntar.


Y sólo siento un beso en mi mejilla.

6 de julio de 2013

¿Pintemos?

"¿Qué interpretaría de mí si le dijera que posiblemente el amor esté a su lado físicamente, pero lejos aún si hablamos de tiempo? ¿Si le dijera que el amor lo tiene a su lado, pero le falta el color? Me trataría como un loco, pues ¿quién soy yo? Un total desconocido, un caminante nocturno. Bueno, decirle que ahora soy lo más cercano a usted, físicamente hablando, a no ser que prefiera referirse a su ropa, que está más cerca, pero eso no era mi punto. Mi punto es que tenemos pintura, pintura que no sabemos que es amor, la usamos inocentemente en otras superficies, intentando dibujar un corazón, pero la lluvia llega y el dibujo se va con ella. Nos desilusionamos, creemos que es una pintura inútil, que no hace perdurar ningún dibujo, pero llega el momento en que decidimos intentarlo una vez mas, con nuestro pincel a punto de perder su función, y sorpresa es cuando a pesar de las lluvias, de las tormentas, a pesar de cualquier cosa, la pintura sigue ahí, el dibujo aún no se ha ido. Bueno, ¿qué me diría ahora si le digo que deberíamos pintar? Otra vez pensará que estoy loco, bueno, tráteme de loco, no lo negaré, pero yo me considero un artista, recién nombrado por mí mismo, tengo mi pincel, no sé usarlo bien, pero sé que si se me permite pintar podre dibujar grandes obras. Ahora, también me podría decir: "usted está yendo muy rápido, esta actuando de manera apresurada". Yo le digo, ¿y si fuera lo contrario? ¿y si fuera ya tarde? ¿y si lo que usted cree es apresurarse en realidad es actuar a tiempo? ¿cómo sabemos eso? No, no lo sabemos, yo por lo menos no lo sé, y si usted lo sabe, adelante, dígame. Yo sólo la invito, como artista de este arte tan especial, a pintar durante esta noche."

Y a pesar de un montón de lluvias, tormentas y soles brillantes. El corazón que pintamos esa noche sigue ahí, e incluso más rojo que el primer día.