29 de julio de 2013

Historia I

Miro sus caras que pasan como si fueran postes a los lados de una carretera. Camino sin sentir que yo muevo mis piernas. Inercia del cuerpo después de la orden de caminar, siendo llevado por un vehículo de carne y hueso. Sólo escucho, miro y siento: Miro sus caras que se hacen más borrosas, miro al suelo y veo como pateo el aire alternando las piernas. Conexiones fugaces de miradas superficiales. No se detienen, y no me detengo. Escucho distintos sonidos que unidos producen armonía y me separan de los sonidos de la realidad espontánea. Sigo caminando. Siento como el tiempo no existe, como la noción del tic-tac no está presente. No hay recuerdos, no hay planes; no busco nada, no espero nada; no deseo nada y no extraño nada. Todo se reduce a un simple momento del que no se tiene noción. Repentinamente mis piernas desaparecen, la música se detiene, y las miradas ya no están. Ahora sólo veo el cielo que se mezcla con el cemento y luego de nuevo el cielo. Siento mi cuerpo y siento dolor. Mi realidad ahora es negra. No veo nada, no escucho nada, no siento nada.

Abro los ojos y veo blanco. Escucho voces que no conozco. No son parte de lo que venía escuchando. No son melodías que yo conozca. No son melodías. Pestañeo y aparecen ojos que me miran. Conexiones superficiales de miradas fugaces. No se detienen y quiero que se detengan. Escucho distintos sonidos que unidos producen confusión e intentan alejarme de mi realidad preparada. Sigo mirando. El tiempo ahora existe y junto con él aparecen las preguntas. ¿Dónde estoy?. Ahora conozco lo que significa recordar, pero no recuerdo cómo llegué a este lugar. Busco respuestas y espero escucharlas; deseo que la confusión se vaya y extraño la armonía. Todo se reduce a las miradas acosadoras que me atacan. Mis piernas están, y las puedo sentir bajo esa sábana blanca. Mi cuerpo está conectado a cosas que no recuerdo haber tenido. No siento dolor, pero sí confusión. Mi realidad es una sala con tanques de oxigeno, y cuatro personas a mi alrededor. Veo todo, escucho todo, siento todo.

—¿Dónde estoy?—me escucho preguntar.


Y sólo siento un beso en mi mejilla.