10 de diciembre de 2013

¿Y si no supiéramos que va a amanecer?

¿Y si no supiéramos que va a amanecer?
El día estaría lleno de gente con energía incluso si despertaron cansados. A nadie le importaría nada más que disfrutar, y mientras ven que el sol se va y así su luz, habría más gente corriendo queriendo cumplir sus deseos, o veríamos gente sentada en las calles sonriendo y disfrutando a su modo del supuesto único día. Otras quizás pasarían el día entero intentando mirar el sol como si fuera un cometa muy brillante que no verán nunca más en sus vidas. Otros estarían desde la mañana llorando, lamentándose de por qué se les dio una vida tan corta, pero estarían los que quieren hacer el bien en su supuesto único día y ayudarían al que no sonríe. Las noches serían melancolía pura o de agradecimiento eterno.

¿Y a la mañana siguiente?
Sorpresa para el melancólico: sorpresa para el que lloraba por haber cometido un error, pues ahora podrá intentarlo otra vez; sorpresa para el que lloraba por no haber actuado a tiempo, pues ahora podrá intentarlo otra vez, o continuar; sorpresa para todos los que lloran, porque tendrán otra oportunidad, ya sea para intentarlo otra vez o para sobreponer un mejor recuerdo sobre el del día anterior. Sorpresas para los que agradecieron, porque tendrán un nuevo día y sentirán que se les entregó porque hicieron bien el día anterior, y querrán hacerlo otra vez.

Pero no, uno da por sentado que despertará al otro día...
Y otros se dan por muertos cuando el sol se esconde...